A la soledad de mis días
le ha nacido una sonrisa
fueron tus ojos brillantes
y tu natural picardía
fue inevitable…
La vida y sus
laberintos sin salida
todo es prisa transformada
en espirales de humo que se desaparecen
en segundos...
y llegas tu cualquier día de esos
y me despiertas a la vida
fue inevitable,
la sombra de tu figura
me desarma
caigo rendida al roce
de tus labios
al calor de tu cuerpo
a la luz de tu mirada
inevitable…
como si te conociera
desde siempre.
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