Cantaba una nana,
cantaba y lloraba,
buscaba a mi niña
la de piel nacarada,
la de ojazos negros
y pestañas mojadas,
de cabellos rizados,
la de la sonrisa amplia .
Como querubín danzante
serena y callada,
germinaste en mi vientre
al esplendor del alba .
Te protegí de todo
y acune tus alas
como por encanto
quedaron guardadas .
Y fue mía mi niña
pero ya tiene sus propias alas,
y ahora siendo todo un ángel
eleva sus alas en donde
la esperan otras playas .
soledad robles
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Puerto Rico
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